Escrito por: Sebastián Aya
Esta semana Francia se acaba de convertir en el primer país del mundo en hacer obligatoria la vacunación contra el COVID-19. Mediante un proyecto de ley enviado por el presidente Emmanuel Macron que fue aprobado el pasado domingo. En el cual se hará la vida imposible prácticamente a aquellos que no estén vacunados.
Esto llevará a que muchos países sigan el ejemplo de Francia, pero aquí entramos en un interesante debate ¿Qué está primero, tus derechos o la salud pública de un país?
Este debate esconde una premisa, donde se evalúa el nivel libertad individual que una persona acepta que tengan de sí mismo cómo las demás personas.
Si observamos los argumentos expuestos por los que apoyan esta medida, como, por ejemplo, los de Emmanuel Macron, tenemos que la mayoría de los que no se han vacunado ha sido por qué han desconfiado de la ciencia detrás de dichas vacunas y que por convicción han decidido no hacerlo, en el caso de Francia esto representa un 40% de la población y es justo en esta población donde ocurren los mayores casos de contagio en esta cuarta ola de coronavirus. La ley no te obligará a vacunarte, pero si te complicara las salidas que quieras hacer como ir al cine, ir a restaurantes, ir al zoológico, etc. Ya que a partir de esta semana los franceses tendrán que pagarse las pruebas de COVID y tendrán que hacerlo de forma regular. Llegando a costarles hasta 300 euros al mes, por lo tanto, se toma como una obligación a vacunarse, y peor aún, las personas que se vacunen lo harán no por confianza en la ciencia sino porque el gobierno se lo dicta, dando una mala imagen a la ciencia y apoyando teorías conspirativas.
Por otro lado, los argumentos de aquellos que defienden los derechos individuales están en que un estado ni nadie puede obligarte a ponerte una vacuna que tú no quieras, puesto que tendrás tus motivos para hacerlo y además de ello eso te hace responsable de tus actos, claro puede afectar a otras personas, pero si esas personas por libertad se vacunaron entonces no habría problema. El mejor ejemplo de ello es Florida donde han tenido tantas vacunas que hasta invitan a que la gente haga turismo y de paso se vacune. La ley no te obliga que te vacunes y hasta prohíbe a las empresas a discriminar o denegar la entrada a las personas que no estén vacunadas.
Si comparamos ambos territorios, Francia que ha tenido una serie de cuarentenas que acumulan 11 meses de encierro y grandes restricciones de circulación, con Florida que tan solo tuvo un mes de cuarentena a principios de la pandemia y que prácticamente a día de hoy la gente ya no usa mascarilla. Obtenemos que ambos países tienen la misma cantidad de muertos por COVID por millón de habitantes.
Esto refleja una gran ventaja del modelo optado por Florida sobre el de Francia, si me preguntan a mí, estoy totalmente de acuerdo en que un estado no puede obligarte a ponerte una vacuna que no quieras ni restringir tus libertades como persona, claro que yo me pondría la vacuna (de hecho, en mi familia ya todos estamos vacunados) porque sé que la ciencia detrás de ella y el trabajo invertido es confiable. Y convencería a aquel amigo que dude en ponérsela, pero jamás lo obligaría a que se vacunara.
Ahora que piensas tu al respecto, ¿debe un estado violar las libertades sobre la salud pública?
Las respuestas serán debatidas en la siguiente columna del domingo.
Excelente columna. Aquí se juega dos papeles muy importantes: la libertad y la moral.
Sencillamente donde el estado obligue a su pueblo a vacunarse, sabrá que después podrá hacer lo que quiera, se sentirá con el poder para regir y no escuchar a un pueblo.
Si una persona no siente la confianza suficiente sobre la vacuna o ante su moral esto no es lo correcto ¿ Por qué entrar a obligar a alguien hacer algo que no quiere ? La ciencia y sus investigaciones se desarrolla a menudo, continuamente se afirma y se niega cosas, todos los días esta expuesta a nuevos cambios. Y si una persona tiene duda de algo, que se sienta con la libertad de generar…
Es un tema donde los dos lados tienen puntos válidos, tanto el presidente buscando el bienestar del pueblo, como también sobrepasando los derechos individuales, pero me identificó con la idea del autor, cada quien puede decidir si vacunarse o no y debe respetarse, macrone el ivan duque de Europa, joven, inexperto y tiene mucha desaprobación.
Demasiado interesante, es un tema muy especial en estos tiempos.