Por: Michael Barajas Pérez
Hace dos años tuve una idea fugaz, parecida a esos astros que atraviesan el firmamento en un parpadeo, fue el de crear un semanario de opinión libre de sesgos, tuve la oportunidad de escribir en varios medios, sin embargo, vi que ya estaban politizados vorazmente, me causó desdén e impotencia, pero en medio de mis noches iluminadas pensé en crear mi propio medio de difusión, junto a un círculo muy cercano de amigos creamos Columnistas Sin Hogar, un medio de todos y por todos, allí han pasado muchísimas personas de todas las edades y pensamientos filosóficos, seres de admirar, recordar con cariño y sobre todo, los seres más queridos por este moribundo.
En nuestros tiempos dorados llegábamos a miles cada semana y fuimos leídos en veintiún países, en nuestro semanario estuvieron mis mejores amigos, y también conocí allí a unos seres invaluables en mis afectos. No obstante, como todo reino glorioso, tuvo sus días oscuros. Mi falta de tiempo atizaba la falta de publicación, y no solo a mí, las ocupaciones también llenaron a sus integrantes, a esta publicación pocos escriben, pero en esencia, hemos publicado más de quinientas columnas.
Leyendo historia he aprendido que para que un reino decadente vuelva a florecer debe cambiar de dinastía, así como lo fue en el ducado de Milán en el siglo XV, sin querer hablar de los Valois y Borbones en Francia y España. Por tanto, Columnistas Sin Hogar hasta hoy se llama así, su nuevo nombre será El Humanista, en honor a esa corriente renacentista de pensamiento que buscaba el florecimiento del hombre por medio del intelecto; no solo se publicarán columnas de opinión y poesía, ahora se realizarán entrevistas y programas en vivo, contenido para redes sociales acerca de opiniones filosóficas, políticas e históricas y será mucho más cercano a ese público que nos ha acompañado estos años. El Humanista rige desde el día siguiente a la publicación de esta columna. No fue para nada un triste final, pero será un dulce comienzo.
Todas las personas que quisieran ser parte de El Humanista, comunicarse conmigo, Columnistas Sin Hogar fue una bella parte de nuestro pasado, pero ahora El Humanista vivirá en nuestro presente.
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