Por: Michael Barajas Pérez
A lo largo del transcurrir del cronos he estado en muchos coloquios acerca de tópicos diversos, desde temas estrafalarios a candentes como una polémica, todo tratado con el respeto necesario que debe emitir una persona civilizada. Muchos de esos coloquios se remontan en el Renacimiento y algunos en el Medioevo, y he notado que son los temas en los que la gente falla una y mil veces, creen saber de estos importantísimos períodos en el tiempo, pero sólo argumentan inconsistencias provocando en la masa conocedora: una profunda intención de dejar inmediatamente el salón. Uno de esos tópicos es acerca del papa.
Antes de proseguir debo aclarar que soy católico devoto, pero como Jesús defendía el amor, la vida y la verdad; no puedo justificar a la corrupción y la violencia. Sobre el papado he escuchado múltiples argumentaciones de ambos bandos, por el lado ateo se puede oír que los papas eran corruptos y sanguinarios —no logro oír el nombre de algún papá y argumentos valederos—, por el lado de la Iglesia he escuchado el mismo argumento de todos —como si fuera un adoctrinamiento—, que el estado y la iglesia eran una solo, y si, pero eso no justifica la sangre derramada, eso significa ser sinvergüenza e insensible con los inocentes.
He leído miles y miles de páginas sobre el renacimiento, veo cosas que a la gente del común no les gustaría leer. Verbigracia, casi un 70% de los santos entre el siglo XIII y XV no realizaron ningún milagro, solo se canonizaron por favores bélicos hacia el papa, como el caso de la dinastía Habsburgo, emperadores del Sacro Imperio Romano Germánico. Asimismo, los sucesores de Pedro en la tierra causaron mares de sangre, como su participación en La Guerra de Lombardia causada simplemente por conflictos entre la República de Venezia y el ducado de Milán, —no sé el papa que tiene que ver ahí si era por conflictos territoriales— y finalizó con el tratado de Lodi y la toma del ducado de Milán por Francesco Sforza. O cuando Sixto IV le declaró la guerra a los Medici —Lorenzo y Giuliano— solo porque el sobrino del papa —Girolamo Riario— quería gobernar Florencia y odiaba a los Medici, causando la muerte de Giuliano e iniciando otra sanguinaria guerra, y también mandó a asesinar al duque de Milán Galeazzo María Sforza provocando una crisis en dicho ducado. O cuando su monje Martín Lutero se le reveló por la grandísima venta de indulgencias promulgadas por el papa y vendieron a Lutero como el malo de la historia. O cuando dominaban la economía de una manera tan aterradora que los Medici se hicieron tan ricos que todos los pintores renacentistas trabajaron para ellos. O cuando Julio II decidió luchar en las guerras italianas por el ducado de Milán y Napoles, incluso hasta declarando la guerra a Francia; estas guerras empezaron por Ludovico Sforza que no quiso cederle el ducado de Milán a su sobrino que por derecho le correspondía; este conflicto duró casi 60 años, y el papa Clemente VII se hizo encerrar en un calabozo por Carlos V y fue tomada Roma, porque como dicen vulgarmente «no hay que meter las narices donde no nos llaman». Por otro lado, a Julio II se le apodaba «el papa guerrero» porque levantaba la espada más veces que las manos para consagrar el cuerpo y la sangre del salvador. Para no extenderme más, nombraré la liga Santa y luego la liga de Cambrei lideradas por el papa y Carlos V de Habsburgo y I de España, y luego por su hijo, Felipe II de España, venciendo en Lepanto, pero asesinando a miles de inocentes. Estas consabidas guerras duraron muchísimo tiempo contra el imperio turco otomano y empezaron por caprichos del papa debido que a los Habsburgo siguen la religión católica, pero les importa un bledo cumplirla, eso lo vimos con Rodolfo el grande; y duraron tanto estas guerras que luego las retomó Fernando I, Maximiliano II, Rodolfo II, Matías I, etcétera.
Antes de terminar quiero aclarar que cuando menciono al papa en las guerras, quiero traer a colación que él tenía un ejército grandísimo y un capital magno, y eso que no quiero hablar de las guerras de la religión contra los Valois de Francia, que perjudicó tanto a lo que era Galia que conllevaría a la masacre de san Bartolomé ordenada por Catalina de Medici, reina madre de Francia, sin contar que ya había empezado la violencia con Francisco I, Enrique II, Francisco II, Carlos IX, etcétera.
Soy un católico devoto, pero también soy amante de la historia y aunque el lider terrenal supremo es el papa, lo respeto y me acojo a sus edictos y bulas, no es impedimento para refrescar lo que pasó hace varios siglos.
Comments