Por: Eider Abaunza
Salimos con mi abuela a dar un paseo por el centro comercial. En realidad, íbamos para el cine porque, según me cuenta ella, no va desde que tenía 15 años.
Llegando al cine, preguntamos el precio de la entrada, por lo que mi abuela salió casi que enojada de ahí.
—¡Que maricada tan cara, mijo! ¿Cómo es que la entrada va a estar a $7.000? Con eso me compro cuatro docenas de huevos de esos que vende Carrasquilla.
—Oiga, abuela, no sea tan amarrada. Lo que pasa es que las salas son bastantes cómodas y de buena calidad.
—¿Salas? Me creyó boba, mijo. Para eso tengo la de mi casa.
—Me refiero a las salas de cine, abuela. Son perfectas para ver la película.
—¿Ver película? Mijo, yo no nací ayer. Yo también fui joven. Vea: cuando salía con Uribito a cine, antes de que conociera a Clara, él me llevaba mucho a cine, y esa vaina se prestaba para todo menos para ver la película.
—¡Diablos, abuelita! Oiga, abuela, pille: hablando del rey de Roma y ese bobo que se asoma.
—¿Ese es Uribe, mijo? Vea pues, está más guapo. ¿y esa tonta quién será?
—¿Esa no es luego la tal “Epa Colombia”?
—¿La que se iba para la cárcel?
—La misma que canta y baila.
El doctor Uribito andaba tomado de la mano con la “Epa Colombia”. Ella también, pero la otra mano la tenía masajeando el pelo del excelentísimo doctor. Mi abuela sacó el celular. Cuando la vio, Alvarito empujó a la vieja esa, se limpió los cachetes y se acomodó las gafitas.
—Mi señora, ¿cómo le va? No pensé que usté estuviera por estos lados.
—Oiga, doctor, yo tampoco. Y… ¿dónde está doña Lina? No me diga que la dejó en la casita… ¡Álvaro, vos sí no cambiás, mijo!
—No, mi señora. Lo que pasa es que me estoy comprando una keratina.
—Deje de ser bobo, Álvaro —dije—. ¿Kertina para tres pinches pelos?
—Mejor compre Keratina para que ayude al Ivancho a sostener este país, mijo. Se lo dice una anciana experta.
—Oiga, Álvarito, y por ahí lo vimos con esa señora promoviendo la keratina. ¿Ya no lo quieren luego en el CD?
—A mí aún me quieren, así joda mucho. Pero sí les tengo que confesar que Daneidy perdió mucho admirador después de ese video.
—No se preocupe, mijito, que con este video que grabé, usted también va a perder a su esposa.
Pare bolas:
Oiga, abuela, dizque a Uribe ahora le llaman “el paraquito tierno” por vender keratina. La gente sí es mal educada. ¡Qué falta de respeto con el doctor matarife!
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