Por: Sebastián Vieira
Hace unos días vi algo que me llamó mucho la atención: un noticiero en Cúcuta publicó en Facebook que el ELN se atribuía unos ataques en contra de cámaras fotomultas en la ciudad, diciendo con orgullo y decisión que ellos cometieron los atentados en razón de la liberación del pueblo y para acabar con aquellos “negocios privados” en los que oprimían a los trabajadores. Un hecho terrible, obviamente, pero creo yo que la peor parte de todo esto fue el apoyo tan grande que obtuvo la guerrilla en los comentarios. Desde simples agradecimientos y felicitaciones hasta mensajes de total apoyo al grupo armado; ¡jodidísimo todo! Algunos apoyaban lo que decía la circular del grupo guerrillero, manifestando que los ricos solo buscan joder a los pobres.
No es poco común que hechos de esta índole sean apoyados por mucha gente; el clasismo ha calado fuertísimo en la sociedad colombiana y no es algo exclusivo de las clases altas como muchos creen. Ya que “los de abajo” nos hemos encargado de popularizar mucho el echarle absolutamente toda la culpa a los de arriba (aquí, políticos) creyendo que ellos son los responsables de nuestra pobreza, pésimas calles, educación y servicios de salud. ¡Y hombre, hasta puede que tengamos razón!, pero hay que tener en cuenta que gracias a nuestra pésima cultura ciudadana, parte de los problemas de Colombia son gracias a nosotros, la clase popular.
El papelito o la colilla de cigarrillo que usted botó en la calle, el semáforo en rojo que se pasó o la fila en la que se coló, son una representación de toda la corrupción que hay presente en la sociedad colombiana. Y así, hoy le pasamos cincuenta lucas al chupa y mañana nos robamos 70.000 millones de pesos, porque así empezaron los políticos más corruptos del país.
“ A Colombia no solo le falta un buen gobierno, le falta mejor gente” -una de las personas que comentó la publicación.
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