Por: Carlos Maldonado
La rebelión de las personas siempre se justifica según la época en que ocurre; si no me cree, fíjese en los hijos de hogares conservadores, ahí encontrará el origen de la rebelión y ésta, de una manera simple y reduccionista, no es más que el desconocimiento a un sistema de gobierno al que se es sujeto por cuestiones de ideología o corriente filosófica.
Nótese entonces que Grecia, Francia, La Gran Colombia, incluso el Éxodo del pueblo Israelí derivado de los actos de Moisés, entre otros movimientos sociales, fueron consecuencia de un pensamiento revolucionario; claro está, que cada uno enmarcado en un contexto demográfico, social, ideológico y territorial distinto. Así, cada una de estas gestas se fundamentó históricamente en razón a la necesidad de cambio o libertades negadas a un pueblo.
Como bien podría decir Víctor Hugo: "imputar la revolución a los hombres es imputar la marea a las olas"
En este contexto, si se condenare a cada persona que se ha revelado a lo largo de la historia mundial, lo que para fines prácticos he decidido llamar "guerrillero", no quedaría historia por celebrar, sería negar las libertades adquiridas por nuestros antepasados.
Consecuentemente, no se debería conmemorar el día de la independencia de Colombia; se deberían reprochar los actos y nombres de Policarpa Salavarrieta, Manuela Sáenz, Francisco José de Caldas, el General Santander y el mismo Simón Bolívar, personas todas ellas que cometieron delito de rebelión contra el gobierno de turno, la corona española.
Así mismo, condenable sería el nombre y recuerdo del mayor revolucionario de la historia mundial, Jesús de Nazaret, quien a través del mandamiento del amor se reveló contra el Imperio Romano; por el contrario, a raíz de su filosofía del amor, revolucionaria para la época, se fundó la religión más grande del mundo, misma que se ha mantenido en práctica hasta nuestros días.
En conclusión, nuestro país, Colombia, nació de una rebelión; así mismo, la religión practicada mayoritariamente en el Estado Colombiano nació de una filosofía revolucionaria. Lo que en otras palabras significa que, el Estado y la Religión surgieron de un grupo de revolucionarios amparados en el principio ideológico del inconformismo hacia el sistema de gobierno, de una guerrilla en el caso de la independencia Colombiana por allá en el siglo XIX.
Así, se destaca que "Cuando la dictadura es un hecho, la revolución es un derecho" - Víctor Hugo.
Por lo cual, no se debe juzgar al Hombre por corresponder a su estado natural, la revolución.
Atentamente.
Un ciudadano más.
コメント