Por: Ángel García
Las últimas semanas, Daneidy Barrera conocida como: “Epa Colombia” ha sido sentencia en segunda instancia a 5 años de cárcel. Esta decisión ha sido sumamente criticada en redes, debido al cambio que ha demostrado este personaje, puesto que desde el momento en el que ella había publicado el video donde vandalizaba Transmilenio, ha ido demostrando el proceso de cambio y resocialización luego de estar ser privada de su libertad en casa durante varios meses; creando, además, una empresa de queratinas, creciendo esporádicamente en los últimos 2 años.
El abogado de Daneidy, logro llevar parte de este caso a la corte suprema de justicia, debido a que esta fue condenada en segunda instancia por un delito que no se le fue condenada en primera instancia “delito de instigación para delinquir con fines terroristas”
Resulta impactante el hecho de que la fiscalía, la procuraduría y hasta el mismo presidente duque se sientas satisfechos con esta condena, teniendo en cuenta el objetivo carcelario en Colombia, el cual tiene como principal objetivo la resocialización del infractor del código penal. Muy conveniente que todo esto salga, al tiempo del escándalo de la perdida millonaria en el ministerio de las TIC y el escándalo de Alejandra Azcarate.
La otra cara de la moneda pide su encierro, pero ¿esto es realmente lo que queremos?, dejar a una persona que logro cambiar y salir adelante, se supone que el derecho corrige a la sociedad, el sistema no debe ser para arruinar a una persona que está logrando cambiar, si bien no debe borrarse su pasado, nuestra sociedad necesita un cambio y ver quien realmente vive bajo el cinismo de cometer delitos y ni siquiera aceptarlos.
Nuestra sociedad necesita ver el cambio, ver que cada día las personas que se equivocan y no han cometido perjuicios, pueden tener más oportunidades. Solo queda ver como concluye este arco de redención. Solo queda ver de manera impotente el final de este arco de redención.
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