En medio de la problemática por la que está atravesando nuestro país, la cual representa una de las etapas coyunturales de carácter político y social más trascendentales en la historia de Colombia, hubo una propuesta dentro del pliego de peticiones por parte de los líderes del Comité Nacional del Paro que desató controversia y opiniones divididas en cuanto a la viabilidad y aplicabilidad de la misma: la renta básica para hogares en situación de pobreza.
Y como muchos se preguntaban, al igual que yo, en qué consistía específicamente esta petición, lo explicaré de la forma más breve y sencilla. La renta básica tiene como fin, palabras más palabras menos, subsidiar con un salario mínimo legal vigente, de forma mensual a los hogares colombianos en situación de pobreza. Aunque a simple vista esta petición suena como una ayuda y alivio al bolsillo para los colombianos de escasos recursos que hasta ahora se recuperan de la crisis económica que dejó la pandemia, la renta básica, según los economistas expertos y quienes se han dado a la tarea de estudiar dicha petición, han llegado a la conclusión de que esta es tanto inviable como perjudicial, no solo para la economía en general de nuestro país sino también para la sostenibilidad del mismo, que de por sí, no está en las mejores condiciones fiscales ni económicas para llevar a cabo el cumplimiento de esta propuesta.
El costo aproximado de la renta básica sería de un estimado de unos 70 billones de pesos anuales, es decir, tres veces el costo de la primera y también cuestionada reforma tributaria planteada por el gobierno la cual buscaba recaudar 23,4 billones de pesos. Evidentemente, el elevado costo que conlleva implementar la renta básica traería como consecuencia el aumento de la inflación en nuestro país y además la desvalorización de nuestra moneda como consecuencia de la emisión de la misma para la sostenibilidad de dicha propuesta. Y es que para nadie es un secreto que uno de los grandes pecados económicos que puede cometer un gobierno es subsidiar a sus ciudadanos de forma desmesurada en vez de proporcionarle oportunidades de trabajo que le garanticen una estabilidad económica y laboral que le permitan valerse por sí mismo, sostenerse y progresar.
Bajo este marco de circunstancias se podría llegar a la conclusión de que ahora, el pueblo colombiano no necesita de una ayuda económica por parte del gobierno para que este le asista de forma subsidial bajo un costo que resultaría catastrófico, sino más bien, las garantías por parte de este para una mayor fuente de empleos, oportunidades laborales y de estudio para quienes ansían superarse y aportarle sus conocimientos a la nación.
Elaborada por: Kevin Barbosa
La renta básica no entregaría un salario mínimo cada mes. El proyecto de ley indica que se entregaría un salario mínimo cada tres meses, es decir cerca de 320.000 mensuales.