Elaborada por: Sebastián Aya
Digamos qué hay una reunión de amigos, en la cual hay un amigo que viene en su camioneta y es el que tiene más dinero de todos, el planea la reunión y coordina todo el tema de alimentos y bebidas, una vez que se acaba la fiesta todos ponen su parte del pago. Pero el amigo que mencionamos al principio se enoja porque le cobren por haber coordinado todo y pese a ser pudiente se niega a pagar. Pues estimados amigos, esta situación es similar a lo qué pasó a continuación.
Hace unas semanas se reunió el G7, el cual es un foro económico de los siete países con mayor peso político, económico y militar del mundo, está conformado por: Japón, Alemania, Francia, Canadá, Italia, Reino Unido y el líder Estados Unidos.
Uno esperaría que la reunión de las grandes economías del mundo se tratase de asuntos de política exterior, seguridad global y cooperación internacional. Si bien en este foro se tocaron esos temas, se resalta un tema en particular que dejó a todos los miembros sorprendidos: ¡Que todos en el mundo paguen los gastos y la deuda de Estados Unidos!
Claramente no fue de forma directa como se mencionó anteriormente, la propuesta que mencionó Estados Unidos fue la de crear un impuesto global del 15% (específicamente un impuesto a sociedades del 15%). Uno viendo esta propuesta ya puede hacerse idea de que el objetivo claro es recolectar más dinero para cubrir los gastos que está incurriendo el gobierno de Biden no solo por la pandemia sino también por el meta proyecto de Estados Unidos para modernizar su infraestructura de vías. Pero, cómo se dice por ahí, yo hago el plan que la factura lo paga otro (como si los demás países del mundo como nosotros los latinoamericanos no tuviéramos bastantes problemas de deudas).
Las razones que dice EEUU es que las empresas multinacionales escogen como base de operaciones a países con bajos impuestos sobre sociedades y hasta con nulos impuestos o secreto bancario (como los famosos paraísos fiscales), si todos los países tuvieron de piso un impuesto del 15% harían que las multinacionales volvieran a escoger como base de operaciones a Estados Unidos por su tamaño económico y población.
Esto causó un gran desacuerdo en muchos países como Suiza que se pronunció que seguirá siendo un país atractivo para los negocios, como también otros países con bajos niveles tributarios como Irlanda o Hungría.
Cómo podemos analizar, Estados Unidos quiere usar su influencia para hacer que los demás países del mundo o al menos los más poderosos se acomoden a su necesidad de recaudar más en impuestos. Ahora, queda tu opinión: ¿Es justo que un país dictamine las leyes fiscales de otros países?, ¿Estados unidos está cayendo en una deuda profunda? Y finalmente, ¿Es una muestra del desequilibrio de poder en el plano internacional de Estados Unidos?
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