Por: Karol Torres
Por ellas, que hoy duermen en lágrimas, buscando compañía bajo una delicada nube, desesperadas de saber si algún día aquello volverá. Septiembre ahora se volvió un gran imprevisto de emoción y por ella yo sigo acá.
Después del repentino adiós, tal vez llega un nuevo perdón, aquella linda y bonita que en mirada acompaño yo. Esa linda y bonita de cabello negro o café, a ella dedico un nuevo septiembre, un septiembre lúcido, para que ella pueda seguir floreciendo gracias a su bella luz, gracias a ti y a mí.
Linda dama, aún no hay hombre que de ti encuentre lo que tú buscas, aún no hay marea baja en tus pies, recuérdalo bien.
Por todas aquellas flores amarradas a un ramo marchito.
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