Por: Ángel García
Recientemente el gobierno colombiano ha invertido 41′917.000 de pesos con la empresa AMBO Importaciones S.A.S., para la creación de 1.409 monedas protocolarias. Esto resultó indignante entre la población colombiana y mas, teniendo en cuenta, que el estado está en austeridad, pero ¿es realmente este el problema de las monedas?
Empecemos con lo que resulta obvio, y es el narcicismo cínico de lo que representan, además de llevar el símbolo del periodo presidencial, inmortalizando en las monedas el desasosiego de este presidente como si este fuera merecedor de tan dichoso merecimiento.
Sin embargo, aun resulta extraño que a kilómetros se puede ver, que este tipo de inversión, crearía descontento para que la gente se queje en redes, pero no lo suficiente como para crear insatisfacción en general; es una cortina de humo perfecta para esconder algo que necesita ser analizado y hablado por la población colombiana; en efecto estamos hablando de la reforma tributaria, aunque algunas comunidades académicas ya la han analizado, es necesario que se socialice a la comunidad en general; ha pasado su firma desapercibida, en contraste con las tristes monedas que solo quedaran como un recuerdo del resultado de la historia de olvido de la democracia colombiana.
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