Por: Yeye
Uno,
tan lejos en impotencia y fuertes sensaciones,
dolores en el pecho de no estar cerca
y el tono suave de una guitarra soleada en mayo;
- ¿qué se siente que me gustes tanto? mi buen amor.
Las canciones más hermosas jamás dedicadas,
conversaciones de setecientas treinta lunas a través de una ventana
un buen recuerdo.
Uno al qué querer olvidar, el mal recuerdo de una obsesión
noches serenas sentados en la rama de un árbol lleno de hormigas,
un cachorro perdido y un dueño descuidado.
Poco tiempo en unidad y poco por contar.
Y mi amanecer,
despertar por luminiscencia en el rostro no me convencía
hasta que empecé a dormir con el sol.
No fue hasta que tomé su irradiación
que noté cuánto adoraba el amanecer, atardecer y anochecer,
en todos estas tú,
haciéndome feliz.
En el crepúsculo te extraño y no encuentro luz que se asemeje a ti.
Al anochecer mi cuerpo no se concibe sin ti.
Hueles a flores recién regadas en la tarde,
eres mi calle, mi bebida y aroma favorito.
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