Por: Sebastián Aya
Esta semana mientras presentaba mi segundo parcial de la materia de historia y geografía de Europa, estaba revisando cada punto con seguridad y respondiendo punto por punto. Era tal mi seguridad de que tenía todo bien respondido que a los 10 minutos termine de responder el parcial.
Estando afuera del salón me puse a hablar con mis compañeros que iban saliendo de presentar el examen, y nos pusimos a hablar de las preguntas del parcial. Cabe mencionar que este parcial preguntaba por los nombres de todos los accidentes geográficos de Europa (en serio, hasta los mínimos como los montes Apeninos o el golfo de Hegoland), y su aplicación a la economía de Europa como los puertos y su historia.
El caso, mientras hablaba con tres compañeros dijimos que el parcial estaba complicado por los temas en específico. Dos de ellos tocaron el tema del primer punto donde nos pedían seleccionar 20 puntos de Europa, yo la verdad estaba relajado porque había estudiado mucho el tema de la geografía europea y me sentía seguro con mis respuestas, pero justo ellos mencionan que se había quedado congelados con la parte de explicar el por qué esos lugares son importantes.
Y como si estuviese en una película de Christopher Nolan, se me vino un flashback a la cabeza al recordar que cuando termine el examen no había escrito el por qué eran importantes esos puntos geográficos de Europa. Por no revisar y leer bien aquella pregunta termine dejándola a medias, en parte también porque estaba demasiado seguro con mis respuestas y quería salir antes.
Como podrán imaginarse, al final del examen el profesor nos entregó las calificaciones y por supuesto que ese punto 1 me costó la calificación perfecta de 5,0. Con esto quiero invitarlos a que cuando vayamos a presentar nuestros exámenes vayamos no solo preparados a nivel de estudio sino también en materia de concentración, porque por un error tan básico como este puede costar una excelente calificación en el examen.
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