Por: Lina Echeverry
El escritor y periodista, Eduardo Galeano hablaba de Los Nadies, de aquellos que sueñan con salir de pobres. Él escribió ese poema el siglo pasado, no obstante, el contexto sigue siendo el mismo, aún siguen siendo la crónica roja de la prensa local, son la noticia del joven muerto en una protesta, son la noticia de aquella mujer violada por salir tarde o simplemente son aquellos que ni a prensa roja llegan. En Colombia la cifra de Los Nadies el de 21 millones y otros 7.4 millones son menos que nadie y no lo digo yo, lo dice el DANE.
Hoy quiero hablar de “Los Nadies” un poco más cerca, de los de esta ciudad, no con el ánimo de convertirme en redentora sino de brindar un poco de luz a lo que nuestra burbuja de salidas a centros comerciales no nos deja ver y que muchas veces a mí misma me ciega.
Los nadie que no hablan idiomas, sino hablan Uitoto en un maravilloso resguardo
Los que no hacen arte, sino grafitis y les quedó genial el subnivel.
Los que no practican cultura, sino que son Rude Boys, Punk, Skinhead, Faras y muchos más.
Los Nadie en Villavicencio también es un joven talentoso del barrio San José, que se tildará de sicario y no ambientalista o también puede ser un vago Covisan, en vez de ser llamado un deportista talentoso de Calistenia o ser una de esas que pierde todo el tiempo en el parque, en vez de ser llamada una futbolista prometedora de San Antonio.
En Villavicencio abundan Los Nadies, esos que llamamos “el otro”, por ser distinto, por ser “menos” porque al igual que la mayoría de ciudades de Colombia, en Villavicencio también sufrimos de aporofobia y la empatía, la compasión y el reconcomiendo al prójimo sigue estando permeado de una lógica económica.
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