Toma la luna de mis manos,
te llevaré a ella,
te haré un clairo sobre el agua
y te elevaré una escalera.
Viviremos en las nubes,
bailaremos en las estrellas.
Ven conmigo,
seremos felices.
Tocaré el violín para ti,
bailaré para ti.
Seré quien te hará reír,
seré quien te hará dormir.
Toma la luna de mis manos
y escapemos a ella;
escapemos de aquí.
Vamos, veo que tus ojos destellan,
veo que quieres ir conmigo.
Tus vestimentas ya vuelan
al son de la infinidad
expansiva de la galaxia.
Toma la luna de mis manos,
te la estoy entregando.
Dime qué quieres,
que por ti lo haré real.
Si no quieres la luna
te daré el sol,
te daré los planetas,
te daré mi amor,
te daré todas las canciones
que en este mundo competan.
Canciones de otras estaciones
espaciales y de otras emociones
que te merezcan.
Toma el sol de mis manos
que me estoy quemando.
No importa derretirme,
si te estoy esperando.
La luna es linda,
¿No crees?
La noche es linda
¿La sientes?
El abrazo de la brisa
¿Lo sientes?
El desayuno que te preparo
¿Lo hueles?
Las cosas que te hablo
¿Las escuchas?
Las promesas que te hago
¿Las guardas?
Los besos que te doy
¿Los recuerdas?
Esto será infinito,
si es que así lo deseas.
Toma la luna de mis manos,
no me importa si no vas conmigo.
Toma las sombras de mis trazos.
Toma los dibujos que te confío.
Toma las letras de esta poesía
y llévalas en tu regazo.
Recuérdame como aquel que te dio todo,
como aquel que te amó,
como aquel que te sigue amando
y como aquel que por ti murió.
Aquel que murió en la dicha
de hacerte feliz.
Aquel que murió en la desdicha
de hacerte feliz, pero no de estar ahí.
Elaborado por Yeye
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