Escrito por: Sebastián Vega
En estos días estuve mirando y escuchando un podcast, donde el tema que se estaba haciendo énfasis eran las concurrencias de los latinoamericanos y, algo fue muy notable y de mucho tener en cuenta era como los latinoamericanos tenemos algo en común, y es que entre nosotros somos competitivos para lo bueno y para lo malo, como en la gastronomía por ejemplo, en Guatemala dicen tener el mejor Tamal y luego vienen los mexicanos y ellos dicen que no, que el mejor es el de México y así mismo pasa con las arepas de Colombia y Venezuela y se pueden echar como dos horas de pelea por cuáles son las mejores arepas.
Somos nosotros los latinoamericanos súper competitivos, pero también somos competitivos con lo malo, la corrupción “la peor del mundo” y salen todos los países a pelear que en el suyo es donde hay más corrupción y cada uno dando argumentos de que su gobierno es el peor, que llenos de huecos fiscales por culpa de la corrupción por todos lados, que se miran los sobornos de los funcionarios nacionales, que se nota mucho el abuso de funciones, que el tráfico de influencias y que el enriquecimiento ilícito solo va en aumento. Y después de escuchar sus argumentos y que pasara el ambiente competitivo que había, en mi mente pasaba el pensamiento de que todos estamos en la misma mierda y que las arepas de Colombia son las mejores de Latinoamérica.
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