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Foto del escritorMichael Barajas Pérez

El triste final del informe de la CIDH sobre las protestas en Colombia

Elaborada por: Lina Echeverry


La comisión interamericana de derechos humanos, CIDH, le hizo 41 recomendaciones al estado colombiano en una visita realizada a Colombia entre el pasado ocho y diez de junio, todo en marco a las manifestaciones que empezaron desde el 28 de abril y las múltiples violaciones a derechos humanos. Las recomendaciones van desde uso desmedido y desproporcionado de la fuerza, violencia basada en género, traslado de protección y desaparición de personas, facultades disciplinarias, hasta temas de libertad de expresión y misiones médicas.

Lo trágico del asunto es ¿Qué se puede esperar de un estado que recibe recomendaciones como la siguiente? – Asegurar que los usos de medios no letales de control del orden público estén sometidos a un protocolo estricto que prevenga y sancione su uso en grave afectación de la integridad y salud de personas manifestantes.– Nos gobierna un estado al cual se le hacen recomendaciones de no afectar la integridad de las personas cuando hacen el legítimo ejercicio de su derecho constitucional a la manifestación, pero para ponerle más picante al asunto la vicepresidenta y canciller, Marta Lucia Ramírez, indicó que el estado colombiano no está obligado a seguir dichas recomendaciones si bien jurídicamente está en lo correcto por la no vinculatoriedad de la convención, lo que está recomendando la CIDH ¡No es nada más que lo que no se debería recomendar! No se debe recomendar que no agredan sexualmente a mujeres y población OSIGD, no se debe recomendar que la fuerza pública no desaparezca población colombiana o que se debe reevaluar la formación de las FFMM y con eso no se habla de terminar con el ESMAD, eso se debe a que hay cantos en el ejército y en la policía que hacen una apología a la violación, al feminicidio en jornadas de entrenamiento y muchas cosas más que no son nuevas y que no deberían recomendarse porque son parte de tratados que si son obligatorios y son parte de nuestros derechos fundamentales y constitucionales.

Para terminar esta corta critica ¿Quién quedó encargado de continuar ese trabajo permanente con la comisión interamericana de derechos humanos? El embajador Alejandro Ordoñez, quien es conocido y recordado por estar en contra del reconocimiento de los derechos de las personas con orientación de genero diversa, con movimientos feministas y con cualquier otra cosa que no huela al canon tradicional y patriarcal colombiano, estas son las manos en las que ha quedado la responsabilidad de analizar la violación de derechos humanos en el marco de protestas en Colombia.



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