Por: Diego Armando Galindez
Mientras me dispongo a escribir, observo por la ventana, como el movimiento de las nubes y de los árboles, empujados por un fuerte vendaval, van marcando el paso del tiempo, mientras en la sala de cristal que me encuentro, el tiempo parece detenerse, ¿Será que este espacio artificial es una respuesta del hombre al incontenible tiempo? Pues la cultura no es otra cosa que el resultado de la búsqueda de inmortalidad del hombre. En este caso es pertinente que le dediquemos un poco de tiempo a pensar en el tiempo. Pues si aun creemos en la posibilidad de construir la historia, es preciso saber que la historia sólo se ha dado y se dará en el tiempo.
Son tantas las interpretaciones que tenemos del tiempo, que en este caso les propongo que lo analicemos desde la mitología griega, donde los protagonistas son: Cronos, Aión y Kairós.
En primer momento, el tiempo se presenta de modo conflictivo, pues tenemos a Cronos quien, al destronar a Urano, su padre, y al comerse a sus hijos, destruye al pasado y al futuro. Así que “sólo existe el presente en el tiempo. Pasado, presente y futuro no son tres dimensiones del tiempo; sólo el presente llena el tiempo, el pasado y el futuro son dos dimensiones relativas al presente en el tiempo”. (Deleuze, pág. 118) Es así que tenemos un tiempo cronológico o lineal, comprensible sólo desde el presente. Desde este presente tenemos la conciencia de nuestro inició, el cual actualizamos en cada cumpleaños, pero también tenemos la conciencia de la muerte, la cual marcará el fin de nuestro tiempo.
Por otro lado, tenemos al dios Aión, que presenta un tiempo cíclico, donde el presente no existe. Por ello, una forma como lo han representado los griegos, ha sido bien como un niño o bien como un anciano, mostrando así el inicio y el fin de la existencia, la cual no termina ahí, pues vuelve a iniciar. “Niño y viejo, lo que fue y lo que será: nunca presente, sino siempre pasado y futuro. Lo uno que deviene múltiple, como aquel primer niño que es el origen de todos los niños y adultos y que, a su vez, sigue siendo niño, para que siga reproduciéndose el reino; ese es Aión.” (LITVINOFF, 2021, pág. 69) Es decir, en este tiempo no existe el reloj, puesto que es eterno.
Por último, tenemos al hijo de Zeus, el dios Kairós, que se presenta como la síntesis entre un tiempo lineal o cronológico y un tiempo cíclico. Puesto que se presenta como un instante oportuno, favorable para la acción humana. Este instante nos permite cambiar el rumbo, así que es un tiempo benevolente con el hombre. “La palabra bien se emplea en tantos sentidos como la palabra ser, y por tanto hay tantas formas de bien como formas se ser. Así, cuando el bien se predica de la sustancia, le llamamos Dios. Cuando se predica de la cantidad, le llamamos justa medida. Y cuando se predica del tiempo le llamamos oportunidad, Kairós. El Kairós es, pues, lo bueno del tiempo, el tiempo bueno o favorable para la acción.” (CAMPILLO, pág. 66). ¿Cuál es tu concepto de tiempo?
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