Elaborada por: Juan Diego Chávez
Parar para avanzar.
Querido lector, me siento lleno de inspiración y ganas de escribir tras un periodo de descanso y de prepararme para exponer a ustedes mi mundo, iniciamos esta columna con palabras de bienvenida y para abrirnos a la cruda realidad; si leemos el titulo podemos saber que se avecina algo muy importante, pues como ya saben vamos a enfocarnos en la opinión, la controversia, la veracidad y el análisis algo que destaca mis columnas y que abre un espacio de comunicación y de reflexión.
"Doctrina o enseñanza" el gran paradigma por el que atraviesa nuestro país, pero esto es un paradigma silencioso una lenta hazaña que nos demuestra que tampoco desarrollados o qué tan ignorantes podemos llegar a ser. Pues estamos a días de completar dos meses de paro y de resistencia, una resistencia que de una u otra forma a demostrado funcionar, prevalecer y de recordar que el pueblo tiene el poder. Entonces empecemos con la opinión; en esta columna abrimos paso a una situación que también nos da paso a la controversia pues hace unos días en nuestro centro de resistencia más grande del paro nacional la bella ciudad de Cali (Valle del Cauca) se presentó la situación de un docente "utilizando sus clases para explicar y hablar el porqué del paro y como se debería apoyar" trasciende al repudio de un padre al escuchar dicha clase de su hijo de doce años en la que interrumpe denominando al docente un "hombre insensato y que quiere adoctrinar a los jóvenes" pero es aquí en donde entra el verdadero punto crítico, ¿quién está mal? ¿Un docente por defender sus ideales y querer inculcarlos? O ¿un padre por no querer ver la otra cara de la moneda? Pues debemos ver los dos puntos. Tenemos que valorar el criterio de dicho docente y sus actitudes al igual que la manera en la que se refería a la situación actual, pues ya sea o no el modo en el que el docente le muestre a los jóvenes la realidad es uno de los únicos modos que quedan para mostrar en la porquería de estado en la que nos encontramos y abrirle la mente a el futuro de los colombianos, debido a ello querido lector consideremos que estamos en un país hecho (MIERDA) y no precisamente por hablar mal de un partido, presidente o una situación sino por no querer insisto "conocer la otra cara de la moneda".
Ahora encontramos a un padre que no quiere que su hijo conozca del conflicto, de muerte o de dolor. Un padre que quiere pintar un mundo color de rosa y se esfuerza en hacerlo para su hijo y no le interesa pasar por encima de quien quiera interrumpir esto, pero es aquí querido lector llegando casi al final de esta columna en donde propongo pensar si ¿este padre podrá seguir pintando un mundo color de rosa cuando se desvanecen cada vez más los colores de nuestra tierra? Quisiera apoyar al padre pensando que es adoctrinamiento por parte del docente, pero es nuestra realidad, una que sin duda vivimos y que debemos conocer sus dos lados para saber a cuál pertenecemos y en cual deseamos estar. Con esto último cumplí con mis reglas para escribir pues les doy mi opinión, la controversia, la veracidad de los hechos y que reflexionar, buena suerte querido lector y espero en otra ocasión tener el honor de saber que aprecia mi escritura, mi mundo y mi espacio de expresión.
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