Por: Michael Barajas Pérez
Los hitos históricos suelen estar llenos de múltiples supersticiones y hechos fundados en la mentira, todo ello por la falta de estudio de aquellos o simplemente porque se ha sesgado por alguna corriente ideológica o como diría Nietzsche: la aplicación del famoso Lecho de Procusto que suele manipular la realidad y los sucesos a la vil conveniencia. De aquellas matices no está exenta la reforma protestante, Martín Lutero y el nacimiento de esta nueva forma de cristianismo. No obstante, es menester aclarar que soy un católico cumplidor de los sacramentos y de las obras de misericordia, sin embargo, eso no es un impedimento para hablar con rectitud, porque puedo ser amigo del catolicismo, pero soy más amigo de la verdad; por tanto, diré las cosas como las he estudiado a lo largo de estos años.
Acerca de Martín Lutero y la reforma protestante se han dicho múltiples mentiras sesgadas, unos dicen que él era un sacerdote resentido, otro dicen que era no era religioso y muchos otros afirman que él ha enloquecido y solo dijo bestialidades sin fundamento, por ello, quiero desmentir todo ello. Lutero era un monje bastante entregado a la iglesia, asimismo, aunque suene contradictorio; era considerado por Jacques Barzun uno de los principales humanistas, digo contradictorio porque se conoce como el humanismo la oposición a las tradiciones escolásticas —la filosofía que lideró Santo Tomás de Aquino y la que seguía la iglesia para aquella época— y el progreso social por medio del intelecto. Él viajó a Roma en 1509 y encontró allí de todo menos a Dios, se enfrentaba a la corrupción papal —porque el papa en el renacimiento no es como lo pinta la iglesia, era un lujurioso, sangriento y amante de la guerra, de hecho, de su misma familia salía su sucesor—, vivió en carne propia la venta de indulgencias, donde el papa perdonaba los pecados a cambio de dinero o que lo apoyen en la guerra, los evangelios nos dicen que Jesús decía que no se puede servir a dos señores: a Dios y al dinero, a uno se aborrece y al otro se sigue. Empero, en Roma seguían al dinero y se olvidaron del amor —lo que digo es con fundamento, estudié el renacimiento italiano del siglo XV y la historia de los Medici—, así que Lutero emprendió en escribir las 95 tesis en contra de la iglesia católica, fueron colgadas en la iglesia de Wittenberg en 1517, algo que fracturó a la iglesia católica que ya había tenido sus golpes fuertes por parte de sus mismos religiosos como la escritura de El beneficio de Cristo del monje benedictino Fontanini.
La iglesia católica no nos cuenta su profunda corrupción, no nos cuenta lo que ocurrió en la guerra de los treinta años, la masacre de san Bartolomé, las cruzadas, la inquisición, la cruzada de los niños. No obstante, quiero aclarar que Lutero escribió unas barrabasadas del porte de una Catedral, sus tesis estaban sin facticidad y fueron insulsas. Sin embargo, desembocó con el protestantismo, que lo lideraría él, Calvino, Enrique VIII y Knox. Todas sus religiones fueron un chiste, la que históricamente tiene validez es la Católica, pero también tiene sus ignominias.
Para concluir daré un dato curioso, a los protestantes se les suele decir evangélicos porque cuando Carlos V secuestró en un castillo a Lutero, este se encargó de traducir la biblia y daba una interpretación exégetica y taxativa los evangelios, se discernía al pie de la letra, por eso se les dice evangélicos. Así que Lutero protestó con justificación, pero se defendió con sandeces.
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