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Foto del escritorMichael Barajas Pérez

Cuyo y Conejo

Por: Yeye


Érase una vez un cuyo cansado de comer remolachas, partió al huerto de los conejos para robar dos zanahorias y llevarlas a su madre. En el huerto se encontró con el conejo que vigilaba el susodicho, uno de los conejos más fuertes y mejor visión nocturna que cualquier otro y aunque era el conejo más joven, era el más respetado y querido.

Cuyo excavó y escogió las dos zanahorias más grandes y naranjas de todo el huerto sin darse cuenta que el conejo ya lo había descubierto. Cuyo fue inteligente y apostó aquellas zanahorias a que podría vencerlo, el conejo aceptó con la condición de que solo pelearían ellos y no traería a nadie, a lo que cuyo respondió “tú tienes las piernas más fuertes y las más grandes patadas y eres alto, tienes una cola esponjosa que distrae cuando me golpeas, tienes unas orejas gigantes que pueden escuchar los planes que hago, tienes unos ojos que ven en la oscuridad, tienes una nariz qué huele muy bien y unos dientes más grandes que los míos es injusto traeré algunos amigos para que me ayuden” conejo vio la diferencia de debilidades y aceptó: “mañana a las cuatro de la tarde te espero aquí". Cuyo pensó en reclutar conejos y habló con algunos que eran sus amigos, pero ninguno aceptó “¡No ayudaremos a es honrar a nuestro huerto no pelearemos contra uno de nosotros estás loco si crees que te ayudaremos!” Cuyo estaba desesperado porque no encontraba a nadie con la misma fuerza que aquel conejo, corría por los adoquines y daba vueltas por todo el bosque ¿Cómo un simple cuyo como yo podrá vencer a un conejo como él? Bostezaba mientras se rendía ante un árbol “-bzzz ¿Por qué hablas tan bajo? Bzzz- “

Zumbaron dos abejas a su lado “pelearé con el conejo más tarde y si hablo fuerte puede escuchar mis planes” respondió con ahogo “podemos hacer ruido para que no te escuche bzzz-“ Algo en cuyo hizo que recobrara los sentidos y no se rindiera, un nuevo plan: conseguir inmovilizar las ventajas de conejo, entonces fue así como preparó todo, las abejas taponarían las orejas del conejo para no escuchar, las lombrices harían tropezar al conejo y una avispa picaría su linda cola para que no le distrajera, ahora el conejo solo tenía los dientes para defenderse. Llegan las cuatro de la tarde, se enfrentan y el conejo ríe al ver a sus insectos contrincantes, las lombrices le hacen tropezar, las abejas se posan en sus oídos y la avispa pica su cola, la lucha no duró mucho, la victoria del cuyo fue tan rápida como escapó del lugar para mostrarles las hermosas zanahorias a mamá cuya. “¡¿De dónde sacaste esto, lo haz robado?, Por qué si tenemos remolachas suficientes¡” Cuyo sale decepcionado y enojado de su casa, la expresión de su madre no fue la que esperaba -¿Por qué me regaña si hice esto para ella?- decía entre dientes y lágrimas mientras caminaba hacia su columpio favorito, se encontró con el conejo montado allí y pensó enojado “¡también tengo que verlo aquí, hace comida deliciosa para sí solo y ahora quiere quitarme mi lugar favorito!” Mientras se acercaba con las zanahorias y ahuyentarlo, escuchaba los sollozos del conejo, sus patitas estaban lastimadas, debía correr su colita para poder sentarse sin hacerse daño y sus orejas estaban hinchadas y hacia abajo, “¿Qué he hecho?” El cuyo se sintió culpable por hacerle daño a conejo y por fin entendió la preocupación de mamá cuya, conejo no le había hecho nada, y aunque fue orgulloso, era su comida que había cuidado con tanto esfuerzo, cuyo no necesitaba esas zanahorias, y aunque las necesitara, pudo haberlas pedido en lugar de avergonzar a conejo con sus amigos, humillarlo con su familia, pues ya no confiaban en él para cuidar el huerto y lastimar su bonito pelaje.

Cuyo pensó con sabiduría por primera vez, se sintió culpable, pero también responsable, fue donde su madre y se disculpó por enojarse con ella, ella comprendió que cuyo no tenía malas intenciones, pero las consecuencias de aquella intención no siempre son las mejores. Cuyo salió de casa, plantó una semilla de zanahoria en una maceta y la dejó al lado del conejo con sus dos zanahorias, habló con las lombrices, avispa y abeja para que pidieran disculpas y entraran en razón, también se disculpó con ellas por meterlas en aquel problema. Todos se disculparon con conejo, pero ahora conejo debía sanar su cuerpo, esperar a que nuevas zanahorias crecieran y cortar las partes podridas de las zanahorias viejas y recuperar la confianza de su manada y familia. Conejo perdonó, pero duró mucho tiempo en sanar.




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