Escrito por: Eider Abaunza
ALEJANDRO GAVIRIA Y SUS “GANAS” DE SER CANDIDATO
Esta mañana llegó al seminario el señor rector de Los Andes, el doctor gafufito casi crespo y mechudo Alejandro Gaviria.
Como el seminarista encargado de la puerta no se encontraba, al escuchar el “¡rin!” de la entrada, bajé las escaleras como ladrón cuando ve a policía y lo recibí con todo el gusto.
Estaba empapado porque acá en Restrepo llueve por todo, porque es lunes, porque no, porque sí y esas maricaditas. Le pasé mi toalla para que se secara, pero la despreció. Ese gesto me gustó, “Si ese se lanza a presidente, lo gana, ya tiene actitudes” pensé.
—¿Te tomás un cafecito? —le pregunté.
—Obvio —me contestó como todo buen profesor.
Entramos al comedor y el pobre se cayó al momento de sentarse.
—Esa es una de las tantas caídas que le esperan, doctor —le dije mientras le servía el cafecito con un pan—. A la próxima caída te llamaré como a la canciller.
—Entonces, ¿te querés lanzar como candidato?
—Aún no lo sé. Estoy esperando el examen médico. Pero los liberales…
—Tené cuidado con esos liberales, Alejito. Son muy dulces y vos sos muy fácil para las enfermedades.
¡Zaz! Se regó el tinto en la camisa blanca. Aparte de mojado también manchado.
—No, Gavirita. Aún no sos presidente y ya la estás embarrando… parecés al antiguo Gaviria… a ese ministro de salud, ¿te acordás?
—Sí. Sí. Ese man no hizo ni fue nada. ¡Qué lástima!
—¡Oílo! ¿Por qué decís eso? Él y su esposa fueron los consentidos de Santos, Ave María. Alejito, ¿vos creés en los santos?
Se puso como nervioso el doctor porque volvió a regar el tinto. Yo me puse de pie y le limpié la camisa para que se vaya acostumbrando a que cuando sea presidente todo se lo hagan.
—Muy bueno sus libros, doctorcito.
—Gracias, Eider. Me esforcé mucho.
—Ah eso sí… mucho esfuerzo. Se le nota. Oiga, Alejo… ¿ese tatuaje que tiene en el brazo se lo dedicó a su esposa o qué?
“Your time is limited” decía el humilde tatuaje.
Sonó la campana del seminario y me tuve que despedir del ilustre rector de la Universidad, pero le dije que votaría por él si se lanzaba y por decirle eso me regaló un billete verdecito, esos de $100.000. ¡Tan generoso!
Nota: Espero, querido doctor, si gana la presidencia, no vaya a cometer locuras como sus antecesores liberales. Que su gobierno no tenga nomenclatura de un billete o una hora que lleve su apellido, como al otro Gaviria.
**Lo anterior es por si “gana” la presidencia, y lo otro, que saludes de Horacio Serpa, anoche habló conmigo. **
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