Por: Eider Abaunza
No sé qué nombre ponerle a eso que tan lindo vivimos los dos,
a eso que nos llenaba de alegría,
a eso que nos elevaba a un nuevo mundo,
a eso que nos hacía soñar.
¿Qué nombre puedo darle a esa aventura?
aventura que nos envolvió en un paraíso... eso,
a eso que dañaba nuestras mentes con pensamientos impuros,
a eso que deseábamos alimentar con nuestra pasión.
¡Qué cosa tan complicada!
No más de pensarte me inundo de tristeza,
no más de mirarte se me rompe el corazón;
eso... a eso tan bello que acompañado con las miradas tiernas hacíamos el amor.
A eso, a eso, a eso,
a eso que nos robaba besos a escondidas,
a eso que nos obligaba a escapar para vernos,
a eso... a eso que ya no existe.
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