Por: Yeye
Labios de cereza
y movimientos merecientes
de un premio con su nombre.
Licor en sus labios,
perdida y enamorada.
Sabor a cigarrillo y sensualidad
pues no sabe cómo mas expresarse,
cómo desahogarse.
Muévete,
baila y ahógate
en tu propia desgracia.
Hermosa y temerosa Nana,
nunca aburrida mujer.
En tus clavículas tomo reposos,
en tus manos delgadas sostengo mi rostro
mientras tus uñas me lastiman.
Aún así, lo disfruto.
Dame el vino rosa de tus piernas,
divina Nana, déjame aventarme de cabeza
en tus cabellos y en tal aturdidora belleza
en la que sueño me encierras.
Nana, tan hermosa como todas las flores,
tan destellante como las luces de estas farolas
que iluminan tu cuerpo griego.
Envuélveme mas en tus curvas,
déjame caer por el puente de tu ombligo
y llegaré al rio,
lo seguiré y llegaré a la ciudad
donde te encontraré fumando
y haciendo de todo, excepto esperarme.
Nana, me tienes enamorado
y las ondas de tu cabello no me dejan superarlo.
Tus lunares no me dejan callar la poesía,
no te molestaré mas,
solo dame una vida a tu misterio,
o una noche, si es lo que prefieres.
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