Por: Lina María Echeverry García
Por estas fechas es muy usual ver las calles repletas de flores y un sin numero de detalles creativos para la celebración del día de la mujer, no obstante, la presente columna no tiene la intención de traer el discurso de que no es un día de celebración sino de conmemoración, por otro lado, la idea es recordar lo inmiscuido que se encuentra el capitalismo en nuestras vidas y como ha logrado apropiarse de causas como la feminista, en donde nos brinda la impresión de un mundo con mayores derechos y garantías para las mujeres, incluso cuando esto es solo una ilusión mercantilista.
Lo curioso es que, como el capitalismo está en todo, cada ocho de marzo la dinámica va cambiando, entonces, pasa de moda el típico pocillo con la frase “Feliz día a la mujer más hermosa” a tomar lógicas como comprar camisas que dicen “Me too o el futuro es femenino” las cuales son producidas por empresas que no tienen el mas mínimo rigor en temas de brecha salarial pues la neoliberalización del feminismo no deja de ser patriarcal por llevar la palabra feminismo.
De igual forma, las campañas políticas han utilizado el feminismo como una herramienta electoral, la apropiación de la causa por las y los candidatos es algo abrupto en nuestro entorno ya que, dichos feminismos se quedan en pantalla sin que nada cambie, su uso como simple marketing político solo reproduce violencias, pues son hombres y mujeres con privilegios de clase, raza y heteronormatividad hablando de feminicidios ocurridos y “rechazando” los hechos cuando en la práctica no se realiza absolutamente nada y dentro de sus planes de gobierno y propuestas no hay nada de feminismo o no algo estructural, solo la revictimización de otras mujeres al usar sus casos, sus historias y sus dolores sin el más mínimo consentimiento solo para abanderarse de una causa que difícilmente lograrán entender, esa es la tragedia del feminismo en las campañas políticas y algunas organizaciones de participación y vigilancia en la ciudad.
En conclusión, es importante analizar si dichos actores políticos que abanderan la causa feminista y traen consigo carteles y camisas con frases empoderantes, tienen acciones o al menos una preocupación verdadera de las problemáticas acaecidas en la vida política y comunitaria de las mujeres, pues no basta con hablar de feminismo para luchar contra el patriarcado.
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